Por: Felipe Jaramillo Sánchez – Concejal.
Vivimos en una era donde la información fluye con rapidez y
el acceso a los debates públicos es más fácil que nunca. Sin embargo, sigue
existiendo una preocupante falta de participación ciudadana en la toma de
decisiones que afectan el rumbo de nuestras comunidades. Es paradójico cómo
muchos se quejan de las decisiones tomadas por otros, pero no hacen uso de los
espacios diseñados para la deliberación y la acción colectiva.
¿Por qué no participamos activamente?
Existen múltiples razones por las cuales la ciudadanía se
mantiene al margen de los procesos de decisión:
- Falta de confianza en las instituciones: Muchas personas consideran que su voz no será escuchada o que las decisiones ya están predeterminadas, lo que genera desmotivación.
- Desconocimiento de los mecanismos de participación: Aunque existen espacios como los cabildos abiertos, las juntas de acción comunal o las audiencias públicas, muchas personas no saben cómo acceder a ellos o qué impacto pueden tener.
- Apatía y desinterés: La comodidad de expresar opiniones en redes sociales crea una falsa sensación de activismo que no se traduce en acciones concretas.
- Barreras económicas y de tiempo: Para muchos, las preocupaciones diarias como el trabajo y la familia dejan poco margen para involucrarse en la política comunitaria.
- Educación cívica y formación ciudadana: Desde las escuelas y en espacios comunitarios, se debe enseñar el valor de la participación y el impacto que tiene en la vida cotidiana.
- Transparencia y rendición de cuentas: Si las personas ven resultados claros y sienten que sus opiniones influyen, estarán más dispuestas a involucrarse.
- Uso efectivo de la tecnología: Más allá de la queja en redes sociales, las plataformas digitales pueden utilizarse para debates en línea, consultas ciudadanas y votaciones participativas.
- Incentivar la cultura del diálogo: Es necesario fomentar espacios donde se escuche y se respete la diversidad de opiniones sin caer en la polarización.
¿Cómo incentivar una participación real?
Para cambiar esta realidad, es fundamental generar
estrategias que faciliten y motiven la participación activa de la ciudadanía:
Del lamento a la acción
La falta de participación en la toma de decisiones no solo
afecta la democracia, sino que perpetúa problemas estructurales en nuestras
sociedades. Para lograr cambios reales, es necesario que la ciudadanía asuma un
papel activo, no solo desde la indignación momentánea en redes sociales, sino
desde el compromiso con su entorno. Solo así podremos construir comunidades más
justas y con un verdadero sentido de pertenencia.