Por: Juan Miguel Giraldo - líder social - vicepresidente del Consejo de Juventudes Chinchiná.
La política es un campo que, a menudo, se ve atrapado entre la tradición y la innovación. En Chinchiná, la necesidad de un cambio generacional en la política se hace cada vez más evidente.
Nuestro municipio, como muchos otros en Colombia, ha sido influenciado por estructuras políticas tradicionales que, si bien han tenido sus éxitos, también han mostrado limitaciones significativas. La mayoría de los líderes políticos han pertenecido a una misma generación, lo que ha generado un estancamiento en la innovación y la adaptabilidad ante los cambios sociales y económicos actuales. Esta falta de renovación se traduce en una desconexión entre las políticas implementadas y las necesidades reales de la población, especialmente de los jóvenes.
Uno de los principales desafíos que enfrenta la política en Chinchiná es la falta de representación de las nuevas generaciones. Los jóvenes que constituyen una parte significativa de la población, a menudo se sienten marginados y desmotivados para participar en procesos políticos. Esto se debe en gran medida, a la percepción de que los políticos actuales no comprenden sus preocupaciones ni están dispuestos a abordar temas relevantes como el empleo, la educación y el medio ambiente.
Además, la corrupción y el clientelismo son fenómenos que han socavado la confianza en las instituciones públicas. Las generaciones mayores, en su mayoría, han perpetuado estas prácticas, creando un ciclo vicioso que desincentiva a los jóvenes a involucrarse, la crítica hacia este sistema es necesaria para visibilizar la urgencia de un cambio.
El cambio generacional en la política de Chinchiná no solo implica la inclusión de jóvenes candidatos, sino también la adopción de nuevas ideas y enfoques, siendo esencial que la política se abra a propuestas innovadoras que aborden las realidades modernas.
Así mismo, el uso de la tecnología en política puede incrementar la participación ciudadana, las plataformas digitales brindan la oportunidad de involucrar a un número mayor de personas en la toma de decisiones, permitiendo a los jóvenes tener voz y voto en asuntos que les afectan directamente, la creación de espacios de diálogo donde se escuchen las propuestas de los jóvenes puede contribuir significativamente a revitalizar el interés político en la comunidad.
El cambio generacional en la política de Chinchiná no es solo deseable, sino necesario. La inclusión de nuevas voces y perspectivas puede enriquecer el debate político y ofrecer soluciones frescas a problemáticas persistentes y es vital romper con las prácticas tradicionales que han limitado la participación juvenil y fomentar la creación de espacios donde se escuche a las nuevas generaciones, pero solo a través de este cambio se podrá construir un futuro más equitativo, donde todos los ciudadanos, independientemente de su edad, se sientan representados y escuchados en el ámbito político. La política en Chinchiná tiene la oportunidad de transformarse y aprender de las necesidades y aspiraciones de su juventud, asegurando así un desarrollo más justo y sostenible para todos.