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Un problema de fondo, no de intervención momentánea.

 



Por: Esteban Madrid – Presidente del Consejo Municipal de Juventud.


Las cifras presentadas por el Comisario de Familia, Jhon James Marin, sobre el consumo de Sustancias Psicoactivas (SPA) en menores de edad y jóvenes entre 18 y 28 años han generado una fuerte reacción por parte de los colectivos juveniles del municipio. Desde el Consejo Municipal de Juventud (CMJ) y la Plataforma Municipal de Juventud (PMJ), se ha reiterado el llamado a la Administración Municipal para que implemente estrategias efectivas de prevención y atención a esta problemática, muchas de las cuales han sido propuestas desde 2022 y 2023, sin avances significativos.


El consumo de SPA en Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) es un problema que no se ha abordado con la rigurosidad necesaria. Aunque en administraciones anteriores se destacaron intervenciones como operativos con la Policía y perros detectores en colegios, y estrategias del Comité de Salud Mental, la falta de un enfoque integral ha impedido que estas medidas tengan un impacto real y sostenible.


Desde el CMJ se ha señalado la inoperatividad del Comité de Salud Mental, establecido por decreto y aún vigente. En investigaciones realizadas en 2023, se evidenció que un solo funcionario asumía múltiples responsabilidades, lo que dificultaba la implementación de estrategias efectivas. Además, las instituciones educativas manifestaron la falta de capacidad de los psicorientadores escolares para abordar de manera profunda estos casos, dada la gran cantidad de estudiantes y la poca participación en las escuelas de padres.


Para 2024, se reconoce que la situación presupuestal del municipio puede haber limitado el desarrollo de programas sociales. Sin embargo, los jóvenes insisten en que la falta de recursos no debe ser excusa para la inacción. Se requiere fortalecer la oferta institucional juvenil y ampliar el personal de atención en salud mental.


Asimismo, se ha propuesto la incorporación de estudiantes de trabajo social, psicología, enfermería, derecho y antropología en programas de prevención. Esto permitiría fortalecer los comités de salud mental y desarrollar estrategias de reducción de daños, desde un enfoque pedagógico y comunitario, sin caer en la estigmatización de los jóvenes.



Los jóvenes han reconocido que el alcalde Carlos Alberto Riveros y la Primera Gestora Pahola Trujillo han mostrado preocupación por esta problemática y han buscado estrategias para enfrentarla. Sin embargo, exigen que las promesas que son ejecutadas a través de los diferentes programas por sus secretarios de despacho no se queden en discursos y que la administración garantice la implementación efectiva de políticas públicas en salud mental y prevención del consumo de SPA.


"No vamos a cambiar la situación de un día para otro, pero sí se puede generar una transición positiva con una buena planificación y coordinación", La comunidad juvenil de Chinchiná espera que esta vez las acciones no se queden en palabras y que la armonización presupuestal de marzo refleje un verdadero compromiso con la salud mental y el bienestar de los jóvenes del municipio.

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