Las deudas acumuladas son impresionantes. Solo quienes hemos estado inmersos en la dinámica de entender el presupuesto y la dilatación en su ejecución, conocemos las dificultades en la materialización de este nuevo plan de desarrollo.
Por:
Felipe Jaramillo Sánchez – Concejal
Seguramente muchos
ciudadanos se preguntan cuándo comenzarán las obras de infraestructura que
demanda el municipio. Sin embargo, es necesario destacar y difundir las
dificultades económicas que se han enfrentado en el primer año de gobierno de
esta nueva administración.
Las deudas acumuladas
son impresionantes. Solo quienes hemos estado inmersos en la dinámica de
entender el presupuesto y la dilatación en su ejecución, conocemos las
dificultades en la materialización de este nuevo plan de desarrollo.
Afortunadamente, quien
ocupa hoy el primer mando del municipio es un gerente destacado, priorizando
situaciones difíciles de entender, como la disminución del número de
contratistas y la priorización de las inversiones en temas de vital
importancia, como la ESE Hospital San Marcos. Este hospital, contra todo
pronóstico, ha mostrado buenos rendimientos y un crecimiento paulatino.
Ante esta situación poco
alentadora, se tomaron medidas impopulares, como la solicitud de créditos que
realmente impacten el crecimiento del municipio. Por ejemplo, los 5.500
millones de pesos para el catastro multipropósito. Seguramente a muchas personas
no les gusta el tema, a mí tampoco, pero el sistema está diseñado para obligar,
vía normativa, a que los municipios tengan mayor recaudo, abogando por una
supuesta autonomía presupuestal; en otras palabras, difícil de detener y
necesario implementar.
¿Cómo le explicamos a
los chinchinenses que la administración anterior se endeudó en 4.000 millones
de pesos para placas huellas y que esa inversión no se ve reflejada en una
retribución beneficiosa para las finanzas del municipio? ¿Cómo justificar los 1.700
millones de pesos de un programa de vivienda en común acuerdo con la
gobernación de Caldas que no ha producido resultados a la fecha? Además, se
suma el crédito de cerca de 7.000 millones de pesos para crear una empresa de
alumbrado público que no se puede liquidar porque la deuda la asumiría
directamente el “codeudor”, es decir, la Alcaldía de Chinchiná. Esta
administración no ha sido ajena en buscar medidas para subsanar y encontrar
alternativas de solución.
Definitivamente, ante
las deudas de la administración anterior que hoy nos tienen en un panorama
desalentador frente a nuestro desarrollo local. La reflexión a la que llego es
que, ante situaciones difíciles de solucionar, la administración actual tendrá
que implementar medidas difíciles de digerir dado que, en decisiones mal
tomadas, todos debemos asumir una cuota en la responsabilidad.