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La Ciberdelincuencia Rompe Fronteras y Escala a Gran Velocidad

 

Por: Juan Pablo Lotero - Ingeniero Mecatrónico.

Hoy en día, el mundo está más conectado digitalmente que nunca. Los delincuentes se están aprovechando de esta transformación en línea para atacar, a través de sus puntos débiles, las redes, infraestructuras y sistemas informáticos. Esto tiene una enorme repercusión económica y social en todo el mundo, tanto para los gobiernos, como para las empresas o los particulares.

Qué es la ciberdelincuencia?

La ciberdelincuencia, también conocida como crimen informático, es el uso de un ordenador para promover fines ilegales como el fraude, el tráfico de niños, la propiedad intelectual, el robo de identidades o la violación de la privacidad. La ciberdelincuencia, especialmente a través de Internet, ha crecido en importancia a medida que los ordenadores han ido adquiriendo mayor importancia en el comercio, el entretenimiento y la administración.

Estos son algunos de los ejemplos de ciberdelitos:

·         El fraude realizado mediante la manipulación de la red informática

·         Acceso no autorizado o modificación de los datos o de la aplicación

·         El robo de propiedad intelectual incluye la piratería de software

·         Espionaje industrial y acceso o robo de material informático

·         Escribir o propagar virus informáticos o programas maliciosos

La ciberdelincuencia puede atacar de varias maneras, y algunos de los tipos más comunes de ciberdelincuencia son:

Hacking: Es un acto de acceso no autorizado a un sistema informático o a una red.

Ataque de denegación de servicio: En este ciberataque, el ciberdelincuente utiliza el ancho de banda de la red de la víctima o llena su buzón de correo electrónico de spam. Aquí, la intención es interrumpir sus servicios regulares.

Piratería informática: Es el robo de software mediante la copia ilegal de programas auténticos o la falsificación. También incluye la distribución de productos que pretenden hacerse pasar por el original.

Phishing: El phishing es una técnica de extracción ilegal de información confidencial de los titulares de cuentas institucionales.

Spoofing: Es un acto que consiste en hacer que un sistema informático o una red simulen tener la identidad de otro ordenador. Se utiliza sobre todo para acceder a los privilegios exclusivos de los que gozan las redes o los ordenadores.

Existen numerosos problemas de privacidad cuando se intercepta o divulga información confidencial, ya sea legal o ilegalmente. A nivel internacional, tanto los agentes estatales como los no estatales están implicados en la ciberdelincuencia, que incluye el espionaje, el robo financiero y otros delitos transfronterizos. La ciberguerra se refiere a los ciberdelitos que cruzan las fronteras internacionales y que implican las acciones de al menos un Estado-nación.

El sector financiero se encuentra particularmente expuesto al riesgo cibernético. Las compañías financieras —en vista de la gran cantidad de datos sensibles y transacciones que manejan— suelen ser blanco de delincuentes cuyo objetivo es robar dinero o perturbar la actividad económica. Los ataques a compañías financieras suponen casi una quinta parte del total y, más concretamente, los bancos son las entidades más expuestas.

En este sentido, podría ser que no basten únicamente las iniciativas privadas para abordar los riesgos cibernéticos —por ejemplo, las empresas podrían no estar teniendo plenamente en cuenta el efecto de los incidentes sobre todo el sistema— y hacerse por tanto necesaria la intervención pública.

No obstante, según una encuesta realizada por el FMI entre bancos centrales y autoridades supervisoras, los marcos de políticas de seguridad cibernética, sobre todo en mercados emergentes y economías en desarrollo, suelen ser insuficientes. Por ejemplo, aproximadamente solo la mitad de los países participantes en la encuesta contaban con una estrategia nacional de seguridad cibernética centrada en el sector financiero o una reglamentación específica sobre seguridad cibernética.

Para aumentar la resiliencia del sector financiero, las autoridades deberían desarrollar una estrategia nacional de seguridad cibernética adecuada, acompañada de una regulación y capacidad de supervisión eficaces, que debería incluir:

Realizar de manera periódica valoraciones del panorama de seguridad cibernética e identificar potenciales riesgos sistémicos debidos a interconexiones y concentraciones, incluyendo en el análisis a los terceros proveedores de servicios.

Fomentar la "madurez" cibernética entre las compañías del sector financiero, incluido el acceso al conocimiento experto en materia de seguridad cibernética a nivel de consejo de administración, tal y como propone el análisis compartido en el capítulo, que sugiere que una mejor gobernanza en cuestiones cibernéticas podría reducir el riesgo en ese frente.

Mejorar la higiene cibernética de las empresas —es decir, su seguridad en línea y la salud de sus sistemas (por ejemplo, con soluciones antimalware y autenticación multifactorial)—, así como la capacitación y la sensibilización.

Priorizar la compilación y publicación de datos sobre incidentes cibernéticos y que la información se comparta entre los participantes en el sector financiero para mejorar su preparación colectiva ante posibles eventualidades.

Como los ataques suelen originarse más allá de las fronteras del país donde radica la institución financiera afectada y las ganancias pueden desviarse fuera del país, la cooperación internacional es absolutamente necesaria para abordar con éxito la cuestión del riesgo cibernético.

Es así como la INTERPOL coordina operaciones policiales y ofrece plataformas protegidas para el intercambio de información, además de realizar análisis e impartir formación, con miras a reducir las ciberamenazas.  Al incrementar la capacidad de los países miembros para prevenir, detectar, investigar y combatir la ciberdelincuencia, ayudando a proteger a las comunidades para conseguir un mundo más seguro.

La ciberdelincuencia es una amenaza real y en constante evolución en la era digital en la que vivimos. Sin embargo, hay medidas que usted puede tomar para protegerse y reducir los riesgos de convertirse en víctima de ellos, además de que los Gobiernos redoblen esfuerzos y trabajen en políticas y/o Leyes que ataquen esta ola delictiva que cada día crece más.

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