Por: Oscar Fernando Cardona Suarez. Abogado.
Es
preocupante como el gobierno Nacional quiere seguir endilgando competencias a
las entidades territoriales, a lo largo de los años y como es frecuente en
Colombia, los congresistas y altos funcionarios del Estado creen que las
problemáticas sociales solo se resuelven a través de la creación de leyes,
algún amigo columnista diría que Colombia es un Estado leguleyo, en el
entendido que en muchas ocasiones no se ataca la raíz del problema, sino que
presentan proyectos de ley y enmiendas constitucionales no siguiendo una línea
de trabajo definida, sino por casos coyunturales que suceden en el país.
Muchas de las normas que ha expedido el Estado
Colombiano en los últimos años han sido realizados con la promesa de mayores
recursos para estas entidades territoriales, pero siempre se ha incumplido con
estas promesas de mayores transferencias del orden Nacional, dejan colgados a
las administraciones Municipales para el cumplimiento de todas las funciones y
competencias que tienen, una mayor autonomía
debe si o si estar ligada a una verdadera autonomía presupuestal, porque
si no, los funcionarios estarían siendo objeto de investigaciones por la
incapacidad funcional de las entidades para el cumplimiento de sus
competencias.
La expedición de normas para el traslado de
competencias es una tendencia para tratar de retrotraer el centralismo que nos dejó la época juvenil de nuestra
república e ir aplicando de manera gradual figuras que en el siglo XIX
llamarían federalistas, pero que la definición
correcta en nuestros días serían conceptos como desconcentración, descentralización y
delegación de las competencias.
El modelo centralista de los siglos pasados ha
dejado huellas indelebles en el concepto de gobernanza de las entidades
territoriales, el sometimiento a las políticas del Gobierno Nacional en muchas
ocasiones no ha tenido en cuenta las dinámicas propias de los territorios, se
basan en el completo desconocimiento de la multiculturalidad colombiana, es
decir, no es lo mismo aplicar normas en los departamentos del Eje cafetero a
aplicarlas en las zonas más alejadas del centro del país, dado que, en un departamento
puede ser acogido de manera natural por sus pobladores, pero en otro sea mucho
más traumático y vaya en completa contra de los comportamientos culturales de
ese territorio.
El Estado colombiano debe ser responsable con las
competencias que entrega a las entidades territoriales, en principio no está
mal que se realicen, porque las regiones podrán abordar de manera efectiva y
con mayor eficacia la solución a sus necesidades particulares, pero es
necesario que estas competencias vengan ligadas con las herramientas
necesarias, tanto presupuestarias como legales para la ejecución material de la
ley, ya que si esto no es así, estaremos llevando al incumplimiento sistemático
de la ley por una falta de estudio serio de la posibilidad real del
cumplimiento de esta, además, se debe de empezar a tener en cuenta la
diversidad cultural colombiana al momento de la expedición de las normas,
analizando la posibilidad de que cada Gobernador y Alcalde pueda reglamentar
las normas en sus territorios.