Por: Juan Camilo Betancourt Grajales - Abogado*
Hoy
por hoy, la revolución digital ha reconfigurado el panorama político
contemporáneo, presentando tanto oportunidades como desafíos sin precedentes.
En su libro "Marketing Político en la Era Digital", Francisco Cuello
Duarte ofrece un análisis profundo que invita a reflexionar sobre cómo las
estrategias de comunicación han evolucionado y, a su vez, han transformado las
dinámicas de poder. En este contexto, resulta crucial abordar los retos que
enfrenta la política en la actualidad.
Uno de
los aspectos más preocupantes que Cuello Duarte señala es la saturación
informativa. En la era de las redes sociales, donde “cada usuario es un
potencial emisor de mensajes”, la calidad del discurso político se ve
amenazada. Los ciudadanos, sobreexpuestos a información, a menudo carecen de
las herramientas necesarias para discernir la verdad. Esta realidad no solo
contribuye a la confusión general, sino que también alimenta la desconfianza
hacia las instituciones, siendo por esto que, la capacidad de los políticos
para destacar en este ruido es vital, pero debe hacerse sin sacrificar la
integridad del mensaje; de tal suerte que, la autenticidad, como apunta Cuello
Duarte, se ha vuelto el nuevo oro en la comunicación política.
Asimismo,
la fragmentación del electorado es otro desafío significativo que destaca el
autor. En un entorno donde la personalización de los mensajes se ha vuelto
habitual, los políticos enfrentan la tentación de dividir aún más a la
sociedad. Las “burbujas informativas” que se generan en redes como Facebook o
Twitter refuerzan ideologías y limitan el diálogo constructivo. Cuello Duarte
advierte que esta tendencia puede llevar a una política más emocional que
racional, donde el debate se convierte en una confrontación de gritos, en lugar
de un intercambio de ideas, erosionando la cohesión social, y amenazando la
democracia misma.
Sobre
la misma línea temática, la ética en el marketing político digital es un tema
crítico que merece atención, pues, Cuello Duarte aborda respecto a la
manipulación de datos y el uso de algoritmos que, si bien son herramientas
poderosas, pueden distorsionar la realidad, dándose campo para que la falta de
transparencia en estas prácticas provoque un daño irreparable a la confianza
pública. Siendo por lo hasta acá manifestado que, la política debe vestirse
como un espacio de diálogo y no de manipulación; en razón a que la ética sin
mayor duda debe ser el pilar fundamental en la estrategia de comunicación de
cualquier líder.
Finalmente,
a pesar de los avances tecnológicos, la esencia de la política sigue siendo la
conexión humana. Como concluye Cuello Duarte, “la tecnología debe servir a la
política, no al revés”. En un mundo donde la interacción digital puede parecer
despersonalizada, los líderes tienen la responsabilidad de cultivar relaciones
genuinas con sus ciudadanos. La verdadera fortaleza de una democracia reside en
su capacidad para fomentar el diálogo, construir confianza y promover una
participación activa y consciente. Enfrentamos tiempos desafiantes, pero
también oportunidades para redefinir la política a través de la autenticidad y
la ética.
*Director General de la Firma de Abogados B; H& Asociados – Servicios Legales e Inmobiliarios y Director de la firma LEGALS.