Por: Leonardo Flórez Quintero*
Es muy común en mis consultas, las siguientes preguntas: ¿cómo obtener más ingresos?, ¿cómo hacer más dinero?, ¿Cómo conecto con su energía?, ¿por qué, por más que juegue, no me gano la lotería?, hago negocios y siempre pierdo dinero, ¿por qué?
Lo que la mayoría de nosotros, y en esto me incluyo, porque como humano que soy, también tuve que entender y aprender el proceso de creación, co-creación y manifestación de dinero en mi propia vida. Entender que el dinero opera como un poderoso símbolo en mi subconsciente. Es decir, lo que piense, sienta, hable o las acciones que tome con respecto a este poderoso concepto, determinan que conecte o desconecte con esta energía y concepto trascendente.
Lo que hay detrás de un billete, moneda, tarjeta, cheque, bono, acción,
es la interpretación subjetiva del valor que le damos a las cosas materiales.
El dinero y todo lo asociado a este concepto, representan el valor que
le damos al tiempo, esfuerzo y trabajo. Más allá del concepto mercantilista,
económico y transaccional en la vida cotidiana.
El concepto subjetivo del dinero, es energía; es decir, lo que pienso
sobre el dinero emite una vibración, lo que siento, lo que digo y cómo lo
utilizo, también son vibraciones arrojadas al campo (primero mi campo
electromagnético aura y luego al campo de todas las posibilidades, o sea la
realidad).
Si en mi mente, los conceptos con los que etiqueto o defino al dinero y
por consiguiente su energía; si esos conceptos son negativos, y además están
relacionado con las creencias adquiridas desde mi infancia y reforzadas por las
experiencias negativas o positivas, en
esas tempranas edades de mi vida. Entonces, desde mi mente, se empieza a tejer
mi buena o mala relación con el dinero, su energía, su poderosa simbología y su
poderosa marca en mi mente inconsciente.
El dinero no es bueno, ni malo, el dinero es una herramienta, un medio
para un fin. Pero si califico negativamente, la herramienta y el medio, el fin
no se alcanzará nunca y la herramienta no funcionará tampoco jamás.
Para nadie es un secreto las emociones y sentimientos que provoca,
tener o no dinero, disfrutar o no, como consecuencia de tenerlo o no tenerlo.
Por lo tanto, el dinero, genera en nosotros emociones y sentimientos
profundos, relacionados con la abundancia o la escasez, según sea el caso o
situación particular.
¿Cuantas veces, no nos quejamos por nuestra situación económica y
financiera personal?, ¿por la situación del país? La queja se convierte
entonces en un enunciado que viene de lo más profundo de nuestra psique, ya no
solo pensamos y sentimos negativamente con respecto al dinero, sino que lo
reafirmamos con el poder de nuestra palabra, a través de decretos de escasez y
pobreza.
Pensar, sentir y hablar mal del dinero, ¿entonces hará que caiga del
cielo?, ¿Qué me llegue de la nada?, ¿Qué se manifieste en un juego de azar?
Obvio que no, no con esa clase de relación que hemos establecido con
esta energía, que no es más que el reflejo de esa ley invisible del intercambio
que opera sin que lo sepamos.
Se nos ha enseñado desde pequeños, que debemos hacer ingentes y enormes
esfuerzos para conseguir el dinero. También se nos ha educado y adoctrinado en
ciertas estrategias, para manejarlo, administrarlo, ahorrarlo, invertirlo y
acumularlo. Todas estas estrategias, nunca han tenido en cuenta la naturaleza y
origen de la energía que tiene que ver con el dinero realmente.
Dichas estrategias obedecen a un patrón establecido, para que el dinero
parezca quedarse en unas pocas manos y escaparse de la mayoría.
Por supuesto que hay que prepararse, estudiar y aprender la manera de
adquirir, ahorrar, administrar, invertir y gastar el dinero. Pero también es
indispensable, cambiar nuestra mentalidad y conducta con respecto al dinero, su
simbolismo, y su energía.
En un universo infinito y por lo tanto abundante, ¿cómo es posible que
todavía no reconozcamos el ilimitado suministro de oportunidades para acceder a
la abundancia, prosperidad, riqueza y opulencia?
Primero, porque no somos conscientes constantes de esta y otras
verdades universales y segundo, no queremos realizar los cambios estructurales
en nuestra psique y las modificaciones requeridas en nuestras conductas, para
que el dinero fluya y circule de manera abundante por nuestras vidas.
Creemos que solo existen a lo sumo un par de formas conocidas para
adquirir el dinero, para acceder a los recursos y garantizar así la
supervivencia.
Si bien es cierto que el trabajo, es la fuente u origen principal del
dinero, es decir, la actividad puesta en el objetivo de producir un bien o
servicio que se ofrece, para recibir a cambio un pago.
En el remoto pasado, no había papel moneda, ni monedas, a lo mucho el
oro, pero el brillante metal no era utilizado por nuestros antepasados como
moneda de intercambio. Era un símbolo sagrado del poder de los dioses,
representaba su conocimiento y sabiduría compartida con los mortales.
Aunque resulte difícil de creer, muchas culturas antiguas, acudían al
trueque "intercambio", de unas cosas por otras, y nadie se sintió
jamás engañado o "tumbado". Eran transacciones de palabra, de razón,
lógica y con ellas se suplían y subsanaban necesidades mutuas.
Por supuesto que había sociedades ricas, prósperas e incluso imperios,
pero generalmente el origen de esa riqueza estaba basado en el abuso, la
esclavitud, la conquista por la fuerza de las armas y la violencia, el saqueo,
el robo, la piratería, el pillaje y el vandalismo.
Ante esa mirada al pasado podríamos decir que mucho de eso de antes se
ve, hoy en día, menos el trueque.
Lo cierto es que la ambición y el deseo, son los impulsos primarios que
rodean la energía del dinero desde siempre e incluso en la actualidad.
Entonces vemos, como calificamos la calidad de una persona, por la
cantidad o ausencia de este símbolo de poder.
Es por eso que, sobre la energía del dinero, recae el peso de la
ambición y el deseo, como una enfermedad en la que las personas están
dispuestas a hacer lo que sea, o a sacrificar lo que sea, para tenerlo,
poseerlo, retenerlo, aumentarlo y guardarlo.
El dinero, manejado con esta clase de consciencia, huye, se esconde y
no fluye naturalmente. Puedo decir con total certeza, que lo que pasa
actualmente en el mundo con respecto al dinero, es antinatural.
La energía del dinero viene desalineada del origen, fuente, propósito y
energía con la que es concebido, desde la ley del intercambio.
Para poder reconectar con la energía del dinero, se hace indispensable
pues, cambiar nuestras creencias, más arraigadas, nuestra percepción y
mentalidad de su uso y abuso. Es necesario sentir al dinero y su tenencia, como
algo natural, beneficioso, provechoso y merecido. Entre más sentimientos buenos
tengamos hacia lo que el dinero nos puede proveer, sin estigmatizarlo y sin condenarlo,
más fácil sincronizaremos nuestra energía a la energía que opera en la ley del
intercambio a través del dinero.
Al dinero, debemos tratarlo con respeto, bendecirlo, agradecerlo,
compartirlo con alegría y gastarlo sin miedo o mezquindad. El trato amoroso a
tu salario, a tus cuentas, a tu trabajo, a tus recursos, hará que esta energía
se materialice en tu vida, fluya hacia tu vida y decida quedarse contigo para
expandirse, multiplicarse y llegar a más personas.
Pero como dije antes, todos quieren dinero fácil, pero nadie quiere
hacer lo difícil para obtenerlo. Y lo difícil, pero no imposible, es aprender a
manejarlo, a invertirlo, a ahorrarlo, a gastarlo con justicia y sabiduría. La
educación financiera es vital, para tener una economía personal sana. Saber
cuánto gano y cuanto me puedo gastar. Cuando gano y cuándo puedo gastar. Qué
gano y qué puedo gastar.
El dinero es una herramienta que adecuadamente usada nos proporcionará,
bienestar, tranquilidad, paz y seguridad. Administrar el dinero con alegría,
sabiduría y prudencia, te permitirá de disfrutar de la parte material de la
vida, sin descuidar la parte inmaterial de la misma.
¿Cuántos no poseen incalculables fortunas que no pueden saborear
siquiera? poseer dinero se convirtió para ellos en verdaderas pesadillas,
fuente de desgracias y desdichas absolutas.
Poder adquisitivo, no significa necesariamente calidad de vida. Se
puede tener mucho dinero y capacidad económica y aun así no disfrutar de la
vida o de los bienes que se poseen.
Lo que significa que poseer dinero, no garantiza la tranquilidad, la
felicidad ni la paz y salud mental.
Primero se adquiere sabiduría, tranquilidad, felicidad y paz mental,
para poder poseer, bien usar y disfrutar del dinero.
Un buen ser, te da un buen hacer, y un buen hacer te da un buen tener.
Las fortunas que provienen de personas elevadas logran soportar, las
crisis económicas y las debacles financieras. Una persona elevada, tiene
pensamientos elevados, sentimientos y emociones elevadas, palabras elevadas y
toma acciones, decisiones y hace elecciones elevadas.
Cuando cambiamos nuestra manera de ver, de pensar, de sentir y de hacer
con el dinero. Este responde a esa energía intencionada de parte nuestra.
Empieza a tratar al dinero como a tu mejor amigo, ese que quieres que
no se vaya de tu lado, porque su presencia es agradable, beneficiosa y
provechosa.
Bendice cada billete o moneda que tengas, que llegue y que salga de ti.
Pídele que regrese multiplicado.
Dale las gracias por regalarte momentos y brindarte alegría.
Porque en últimas, el dinero no compra la felicidad, pero si la
proporciona.
El dinero nos ayuda a crear momentos de satisfacción, plenitud,
tranquilidad y seguridad.
El dinero no es la felicidad, pero nunca he visto a ningún magnate
llorando en su lujoso yate por falta de dinero.
Aun así, no conviertas el dinero en un fin, sino en un medio para vivir
dignamente.
El dinero responde al concepto con el que lo califiques y con el
concepto con el cual lo persigas.
Aprende a manejar el dinero, para que la necesidad de tenerlo y
poseerlo no te maneje ni controle a ti.
Abrazo de Luz
* AngeloTerapeuta/Taroterapeuta
Orientador Holístico/Asesor en Feng Shui
Consultas y lecturas al móvil: (+57) 317 569 2237
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