El Concejal de Palestina, Jhonny Esteban Quintero intervino en la Asamblea de Caldas, donde dejó en evidencia las serias dudas y frustraciones de la comunidad sobre el proyecto del Aeropuerto del Café, que después de décadas, parece estar más atado a promesas electorales que a un verdadero avance.
Con un tono directo, el vocero de
los palestinenses expuso lo que muchos ya sospechan: el Aeropuerto del Café ha
sido, hasta ahora, más una herramienta política que una fuente de desarrollo.
Los habitantes han visto cómo barrios enteros fueron demolidos entre 2008 y
2011, sin proyectos de reubicación ni compensaciones claras. El comercio se
desplomó y la población del municipio pasó de 23,000 a poco más de 15,000, una
caída alarmante que ha dejado a muchos preguntándose si el aeropuerto es una
maldición disfrazada de progreso.
"Los palestinenses nos
sentimos estafados por la clase política", afirmó el representante,
lanzando una acusación que apunta directamente al corazón de los intereses
electorales. Durante cada campaña, los candidatos desfilan prometiendo la
construcción del aeropuerto, pero una vez ganan, el proyecto se congela hasta la
siguiente contienda.
Más allá de las promesas vacías,
el Concejal cuestionó la viabilidad técnica y financiera del proyecto. A pesar
de las repetidas declaraciones del gobierno sobre vigencias futuras para
financiar el aeropuerto, no hay claridad sobre cuándo se completará la primera
etapa, y menos aún sobre la segunda. Mientras tanto, los palestinenses siguen
pagando el precio del estancamiento.
Uno de los puntos más oscuros de
la situación es la parálisis total en la expedición de licencias de
construcción en el municipio. Desde la aprobación del Plan Básico de
Ordenamiento Territorial en diciembre pasado, ningún ciudadano ha podido
construir legalmente debido a la falta de respuesta de la Aeronáutica Civil. "Lo
que antes era nuestro, ahora es prestado", dijo el vocero, refiriéndose a
las obras de compensación social, que ahora están en manos de Inficaldas,
dejando al municipio en una posición de dependencia.
En un giro aún más preocupante, el
representante se preguntó sobre las "14 alternativas de asociación
público-privada" que supuestamente se plantearon en 2018 para el
aeropuerto. Sin embargo, la Asociación Aeropuerto del Café, en un movimiento que
genera más sospechas que respuestas, pidió aclarar la fuente de esta
información, negando cualquier conocimiento al respecto.
Así, queda en el aire una pregunta
que muchos palestinenses ya se hacen en voz baja: ¿Es el Aeropuerto del Café un
proyecto real o una pieza más del engranaje político que mantiene al municipio
en la incertidumbre? Mientras las respuestas no lleguen, Palestina seguirá
esperando, atrapada en promesas que parecen más volátiles que los aviones que
nunca aterrizan.