Por Sergio López Arias.*
Cuando
me levanto y puedo contemplar el municipio de Chinchiná, regresan a mí las
palabras de Octavio Paz en uno de sus bellos poemas titulado “El olvidado
asombro de estar vivos”. Y es que pareciera que levantarnos en nuestro pueblo,
recorrer sus calles, visitar las iglesias o la plaza de mercado se nos vuelve
un acto monótono, y dejamos de sorprendernos de todo lo bello que es nuestro
municipio. Pareciera que el hecho de darnos el gusto de vivir en este paraíso
lo llevamos hacia la zona de nuestro cerebro que trabaja de manera automática
y, por tanto, no reflexiona frente a tanta belleza. Caminar, por tanto, en
Chinchiná se nos volvió un hábito tan común como respirar, ejercicio este que
nunca pensamos en hacer pero que el cerebro de manera automática realiza.
A
veces nos dedicamos a recorrer las mismas calles y olvidamos cómo cada día
crece mucho más nuestro municipio. Bordeamos el parque municipal y no
disfrutamos la sombra que han generado las 28 acacias sembradas en el año 2017.
Pasamos por la carrera 9 tan de afán que dejamos de saludar el Guinness Récord
que nos visualizó a nivel mundial en el año 2019. Nos olvidamos que en nuestro
parque se encuentra hoy la segunda taza de café más grande del mundo. Dejamos
de visitar nuestro cementerio con sus ángeles apocalípticos, olvidamos el santo
centenario que llegó por un error en la encomienda hacia Columbia. No
regresamos a nuestras escuelas y colegios, en algunos de ellos, como me puede
pasar a mí, no quedan sino recuerdos, como me sucede con la escuela Juan XXIII,
que en el año 2018 gestionamos para su construcción total, y el auditorio del
Colegio Oficial San Francisco.
Me
sorprende cómo algunos chinchinenses no conocen nuestra nueva biblioteca
pública de cuatro pisos inaugurada en el año 2018, y la parte interna de la
estación del ferrocarril con la restauración lograda en el año 2019. Somos tan
importantes y vivimos en un paraíso tan bello. Me gustaría que todos los
chinchinenses conocieran el Lago Balsora, hoy con la posibilidad de recorrerse
en lancha y canopy, o en las bicicletas náuticas adquiridas en el año 2019.
Tenemos tantas cosas, somos uno de los únicos municipios en el país dueños de
su propio páramo en el Parque Natural Los Nevados, donde en el año 2018
adquirimos cerca de 550 hectáreas llenas de colchones de agua y frailejones
donde nace el 70% del río Campoalegre, principal afluente del acueducto urbano.
Somos
café, somos cultura, somos música. Un municipio que cuenta con tres bandas
musicales en tres de sus instituciones educativas. Un municipio que hacia los
años 2017 y 2019 logró estar como finalista en los premios a las mejores
bibliotecas públicas del país. Somos la capital del café de Colombia, el precio
interno del café en Colombia lo informa la emisora W todos los días desde su
precio en el municipio de Chinchiná. Somos tan importantes y vivimos en un
paraíso tan bello, que debemos proponernos como chinchinenses caminar nuestro
municipio siendo conscientes de que Chinchiná es uno de los mejores lugares
para vivir que podemos encontrar a nivel mundial. No podemos seguir viviendo en
ese “olvidado asombro de vivir en Chinchiná”.
* Personero
Municipal, ex alcalde de Chinchiná y destacado funcionario del departamento.